Sábado 6 de Junio – 20.30 – entrada 5€ (niños gratis)

Con :

Gloria Bartolomé – Sina
Rosa Mira – Fuga
Angeles Gandía – Zula
Cecilia Parreño – Masina
Paco Marco – Vasa
Teresa Garciá-Berlanga – Alofa
y la participación especial de Joan Verdú como Erich Scheurmann

Diseño de Escenografía Y Vestuario – Mario  Borrás
Filmaión – Jaume Verdú
Dirección – Sefa Bernet

y la colaboración del la Concejaaliá de Cultura del Ayuntamiento de LÉliana.

SINOPSIS de “Soy un papalagi”
“Los Papalagi” es un libro de culto desde los años 60-70 , a causa de la crítica feroz que hace de nuestro sistema y nuestra forma de vida, con la originalidad de una antropología inversa.
Nadie que lo haya leído ha podido olvidar, pues se trata de un libro único.
A principios del siglo XX un jefe samoano (Tuaivii de Tiavea) tuvo la oportunidad de visitar Europa. A su regreso, horrorizado por lo que había visto, describe a sus conciudadanos en una serie de discursos cómo vivimos los Papalagi, los hombres blancos: en grandes edificios ( canastas de piedra), cómo nos vestimos (con canoas en los pies), leyendo periódicos (los muchos papeles) , lo que más importante es para nosotros, el dinero (el papel tosco , el metal redondo) . Y por qué siempre tenemos prisa, por qué ejercemos profesiones, por qué existe la propiedad privada.
“Soy un Papalagi” es una adaptación libre de “Los palapagi” y es una comedia.
En este montaje el mediador-autor del texto, Erich, Scheurmann, reflexiona en su madurez (a mediados de los años 50) sobre aquel libro que publicó 40 años atrás. Graba para la posteridad, es decir, para nosotros, un mensaje en el que desvela secretos sobre la obra, sus personajes y su fin.
En nuestro espectáculo, los samoanos que Erich Scheurmann conoció, o simplemente imaginó, siguen reflexionando sobre esos temas que Tuaivii de Tiavea les contó en sus discursos, siguen discutiéndolos. Y sus debates no tendrán quizás otro fin que poner en nosotros ese signo de interrogación -siempre necesario- sobre esas cosas que no nos gustan de nuestra civilización, y sin embargo tan acostumbrados estamos a vivir.